domingo, 8 de diciembre de 2013

Hoy hubiera muerto una parte importante de mi si no fuera porque yo ya estoy muerto.



La gente crece en la ignorancia y en la felicidad, lo uno y lo otro siempre vienen juntos; entre mas sabes mas sufres, sin embargo hay que tener en cuenta que el humano es un ser contradictoria, dice querer el conocimiento y a la vez busca la felicidad.

Hoy dejo de lado esa estúpida faceta de mi vida y me reivindico con ese gran ser que alguna vez fui; me desprecio por las acciones cometidas en los anteriores años, estas acciones solo han acarreado a mi vida desgracias… ¿Por qué?

Cuenta la leyenda, que alguna vez existió un gran hombre, al cual todos temían pues así el mismo lo planeo, su lema era “si un buen rey se equivoca, lo más probable es que le corten la cabezas; si un mal rey hace algo mal, solo necesita cortar un par de cabezas más de lo habitual”. El se consideraba a si mismo un gran rey, no uno bueno, no se te ocurra pensar tal estupidez, el era un rey grande; venerado por todos, tanto por los que se veían beneficiados por su obrar como por los que se veían perjudicados por el; los unos por conveniencia y los otros por temor, sin embargo era venerado.

Este gran hombre ruin y sanguinario vivió apasionadamente su vida, entregándose a sus deseos y a su propio bienestar, importándole solo los más allegados a él; solo a ellos tenía en consideración al actuar; notaras hasta este punto que estoy hablando en pasado, pues bien, este gran hombre cambio… si, cambio su modo, forma y motivo.

MODO: Dejo de ser déspota e intento ser afable, intento tratar a la gente con mejores modos, no le fue fácil, mas aun a la hora de juzgar penas, decidió dejar de aplicar la pena de muerte (una estupidez si me lo preguntan), decidió dejar de ser ese hombre para convertirse en una mejor persona, el proceso fue largo pero dio resultados.

FORMA: Su modo de hablar se endulzo, logro con ello dejar de imponerse por medio de la palabra autoritaria; él, siendo una persona en sumamente inteligente, empezó a tratar a la gente de una manera congruente a su modo de actuar, a convencerlos con argumentos y no con agresiones, aceptando cuando se equivocaba pero exigiendo que se le reconociera cuando tenía la razón. No pedía más de lo que se atrevía a ofrecer.

MOTIVO: Hasta ese momento, lo guiaba su propio bienestar y el de los suyos; sin embargo y este es el quid de la cuestión, apareció en su vida una mujer. Una gran mujer, debo de admitir, pero mujer a fin de cuentas.

Se enamoraron y compartieron grandes momentos juntos; el conoció lo que es la felicidad, pues el no sabia lo que era; es cierto que no despreciaba su vida antes de la llegada de ella, pero siempre existió un vacio en su corazón, un vacio que no llenaba nadie hasta que ella llego, con sus palabras, su confort y su maravillosa presencia logro lo que no había conseguido el ni alcohol, los libros y ni siquiera sus amigos. El fue feliz.

Pero notaran de la misma manera que hablo de su antigua manera de ser que hablo de esta faceta de su vida en pasado, pues ahí debe quedarse, enterrada y nunca salir a la superficie, ni siquiera como recuerdos de un hermoso pasado, pues a costa de esos años de felicidad, a nuestro rey le esperan décadas de desolación, soledad y tristeza pues ya no puede regresar a su antiguo yo, incluso aunque quisiera hacerlo. El alma del rey murió; como dije, ella pese a sus incontables virtudes aun seguía siendo humana y más específicamente MUJER

El nunca debió depositar su confianza en ella, ni en nadie si es el caso, pues solo resulto herido; ahora está muerto en vida y espero por nuestro bien que se recupere, pues hay quienes piensan que el es un buen rey y que ha cometido muchos errores.

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