Permíteme darte un
regalo; un regalo no por el renombramiento de la fiesta pagana a la cual llaman
NAVIDAD; no por un año más que se nos va de las manos y que nos acerca más a el
evidente final, no porque sea tu cumpleaños, no porque sea una fecha especial,
sino porque quiero dárselo a ustedes EMMANUEL, MIRIAM, DAVID, EDUARDO, MÓNICA,
ELIZABETH, MARIELA, GLADIS Y ROBERTO porque son parte fundamental de mi vida,
hoy mismo no se qué haría si alguno de ustedes me faltara. Del mismo modo que
pasa con mis demás amigos ¿entonces porque ellos no están enumerados?
Piénsalo
bien y lo entenderás, mientras tanto este es tu regalo:
¿Qué fue el 2013?
Me pregunto
dubitativamente ¿valió la pena vivir este año? en este año, pasaron muchas
cosas, buenas, malas, normales, cosas a fin de cuentas.
Este año, leí pocos
libros, escribí menos, trabaje muy poco, le puse muy poco esfuerzo a todo lo
que hice (que dicho sea de paso, fue poco); me aleje un poco de la gente que
quiero, o más bien dicho, no pude estar tanto tiempo con las personas que me
importan que no forman parte de mi familia. Hice mucho daño y me lastimaron
mucho.
Entonces ¿Valió la pena
vivir este 2013?
La respuesta no está muy clara, hace tres años escribí unas líneas
similares. En las que no solo les agradecía a ustedes cada momento que han
pasado a mi lado, sino que decía sin miramientos que todo lo malo que había pasado
había sido para bien… pues bien hoy no es igual.
Si en años anteriores me vi desplazado de mis amigos, este
año por estúpidos pensamientos me he sentido rezagado, he sentido que mis
amigos ya no me necesitan, cosa que agradezco, he sentido que no tengo la valentía
que debería haber tenido para llegar hasta aquí, que si antes había caído y me había
levantado, ahora que estoy solo estoy a rastras.
En este año pasaron cosas tan drásticas que me dejaron sin
habla, muchas de las cuales salieron de mi control; de hecho, en algunos caso
lo malo de esas cosas es que no estuvieron en mi control, por segunda vez perdí
a un ser que aun no conocía y eso mato una parte de mi, por segunda vez murió una
parte de mi por la misma razón, después de la cual empecé a caer en un
pesimismo y al día de hoy ya no se qué será de mi vida.
Ocupo estas líneas para despedirme del 2013 y de las
personas que nombre, pues aun cuando no las vi tanto como quisiera si las
quiero más de lo que se puede ver. No sé que me depara el futuro, pero no creo
que ustedes deban estar cerca de mi cuando pase, pues los quiero y antes que
nada esta su bienestar.
Quiero decirles que no desprecio lo que hemos pasado
juntos y que los admiro porque ustedes si decidieron seguir adelante… pero yo
no.
Ya no quiero seguir esforzándome por un mundo que no vale la
pena, un mundo que nos tira a matar cuando nosotros solo queremos que nos dejen
en paz y es eso precisamente lo que buscare, paz y para lograrlo le declaro la
guerra al mundo y lo desafío a destruirme que me llevare a tantos como pueda
conmigo… aunque me cueste la vida.
Quiero que entiendan que no busco mi autodestrucción pero es
la única salida a esto, pues si les gusto convivir con el “Enrique” noble que simplemente
estaba ahí y que intentaba hacer de este un lugar mejor para disfrutar con la
persona amada y con los seres queridos, será mejor que se despidan de él, pues
ha perdido toda esperanza de lograr su cometido.
“Perdí mi brújula y me he perdido, no busco un puerto sino
encallar ante las olas de la vida ya no puedo y ya no me quedan fuerzas para
remar”
Me regalo a mi mismo el derecho de rendirme, el derecho de
no seguir adelante y de permitirme viajar como dicte el destino. Así que, para
mi Enrique De Jesús Ruiz Rodriguez el 2013 solo valió la pena vivirlo por ser
el último.
Enrique in.
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